Los nativos del signo de la Balanza se precian de ser aquellos que saben llenar todo espacio de armonía y equilibrio. Por ello se cultivan a lo largo de su vida, y participan de disciplinas alternativas. Son los mejores meditando y nutriendo su vida interior. Por ello no suelen ver con buenos ojos a los nativos del signo de Acuario. Y no tienen una buena compatibilidad con ellos.
Al ver a un Acuario Libra ve un desastre andando. Y es que ambos tienen una visión enfrentada de la vida. Para Libra lo que cuenta son aquellos actos que nos llevan a establecer un equilibrio entre el afuera y el adentro, entre lo macro y lo micro. En ese sentido Acuario es su opuesto: para el Aguador lo que es necesario en la vida es modificar todo aquello que nos mueva a asentarnos, a la inercia, a la resignación. Acuario cree que la vida es una apuesta por el movimiento. Libra, en cambio, prefiere que las cosas lleguen a un punto medio, a un estado en el que moverse ya no sea necesario.
Libra debe olvidarse de Acuario, pues mientras la Balanza quiere contemplar la vida, Acuario quiere modificarla hasta sus últimas consecuencias.